Por Belén Zapata
Martes, 04 de junio de 2013
México CNN
CNNMéxico — La existencia de los pueblos Temacapulín, Acásico y Palmarejo, con edificios de valor histórico permanece incierta, por la construcción de una presa que abastecerá agua potable a dos millones 300,000 personas en los estados de Jalisco y Guanajuato.
El futuro del agua para los próximos 30 años en la ciudad de León, Guanajuato, y la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco, depende de la construcción de la presa El Zapotillo, en los Altos de Jalisco, cuyo proyecto el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, pide modificar para evitar la inundación de los poblados.
En tanto, el gobierno del estado de Guanajuato tiene puesta su esperanza de abasto de agua para León -en los próximos 25 años- en la presa.
“Para nosotros es un tema estratégico, primordial, que nos da competitividad para la calidad de vida de las familias leonesas, pero también para ir generando industria en el municipio”, dijo a CNNMéxico el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez.
El Zapotillo aportará cada año a León, 119 millones de metros cúbicos de agua, que serán transportados a través de un acueducto de 145 kilómetros.
“A nadie nos gusta este tipo de temas, nosotros tenemos la presa El Realito en Guanajuato, que va a surtir a San Luis Potosí y a su ciudad capital, que traen un problema muy serio de abasto de agua. Vi al gobernador de San Luis y está encantado de la vida”, citó como ejemplo.
Actualmente la ciudad de poco más de un millón 400,000 habitantes, se abastece de los mantos acuíferos, “pero en ocho años, si no buscamos alternativas, se habrán agotado”, advirtió el mandatario estatal.
Una alternativa para evitar desaparecer los hogares y hasta los panteones de los pueblos, es disminuir el tamaño original de la cortina de 105 a80 metros, lo cual implicaría dejar fuera del reparto de agua a la zona metropolitana de Guadalajara, que renunciaría a los 3 metros cúbicos por segundo que le corresponden de esa presa.
El gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz dice que la obra fue “una imposición” de la Comisión Nacional del Agua, a la cual le corresponde llegar a un acuerdo con los habitantes de Temacapulín, Acásico y Palmarejo.
“Pedimos que la Conagua llegue a acuerdos con los pobladores y les den condiciones, lo que se generó fue una imposición y no fue una realidad que la obra iba a beneficiar a los mismos pobladores, desde las viviendas, su futuro, no hay garantías”, dijo el gobernador Sandoval, militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Su gobierno analiza alternativas que garanticen el abasto de agua para la zona metropolitana de Guadalajara, durante los próximos 25 años, sin que implique la desaparición de comunidades.
“Estamos haciendo lo que está en nuestras manos, lo que si no vamos a permitir son injusticias, necesitamos que nuestra gente, que los pobladores tengan garantías y que se revisen las alternativas que tenemos”, dijo a CNNMéxico, Sandoval Díaz.
En tanto, el gobernador de Guanajuato dijo que “el agua no reconoce fronteras, el agua es constitucionalmente de carácter nacional y que es de interés estratégico tanto para la federación como para los estados”.
La polémica
La Conagua y los estados de Jalisco y Guanajuato firmaron en 2007 un acuerdo para la construcción de esta presa en territorio jalisciense, que beneficiaría a 14 de sus municipios, la capital, Guadalajara y la ciudad de León, en Guanajuato.
La obra autorizada por el gobierno federal desde 2005, implica la inundación de tres poblados considerados históricos y culturales por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los habitantes de estos poblados –unas 1,000 personas- se quejan de que no fueron consultados por estos gobiernos, en una decisión que implicaba la inundación de sus pueblos y el traslado de esta población a nuevos centros habitacionales.
En julio de 2012, el priista Jorge Aristóteles Sandoval ganó la gubernatura de Jalisco y en enero pasado, cuando aún era gobernador electo, escribió en su cuenta oficial de Twitter, “No vamos a inundar Temacapulín”.
El tuit devolvió a los habitantes de los tres poblados la esperanza de salvar sus comunidades, pero despertó la incertidumbre entre los beneficiarios de la obra, unos dos millones 300,000 habitantes de la zona metropolitana de Guadalajara, León y 14 municipios de la región de Los Altos de Jalisco.
Desde que rindió protesta como gobernador en febrero pasado, Sandoval Díaz ha sostenido su deseo disminuir el tamaño de la cortina a 80 metros, y salvar al menos el poblado de Temacapulín, sin embargo, también ha dicho que la decisión está en manos del gobierno federal.
El gobernador de Guanajuato, del Partido Acción Nacional, se pronuncia por mantener el proyecto original de la obra, aún cuando la posible modificación en la elevación de la cortina no alteraría el volumen de agua acordada para León –119 millones de metros cúbicos al año-.
“Porque al final del día también requieren agua la zona metropolitana de Guadalajara, requiere Los Altos de Jalisco que es una zona muy árida y esto ayudaría a que entre más agua a Chapala que esto tiene un beneficio integral”, agregó.
Márquez Márquez informó que la cortina de la presa lleva un 65% de avance en su construcción, “estamos por cerrar la compra de terrenos, el derecho de vía para la construcción del acueducto. Esta presa a más tardar en 2015 estaremos en condiciones de usarla”, dijo.
“Decirlo de manera muy clara y tajante, nosotros tenemos ya una concesión sobre un volumen”, dijo, “Yo espero que no haya ningún problema para que se cumpla el proyecto tal y como está delineado originalmente”.
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