Lunes 3 de junio 2013
Marco Antonio Licona
municipios Puebla
Los afectados hasta este momento, 15 indígenas totonacos vecinos de Santa Catarina, denunciaron que en el mes de enero se presentaron a su comunidad algunos vecinos de El Machat acompañados por los regidores Miguel Salazar Velasco de Olintla y Manuel Vega Francisco de Vicente Guerrero, con un “ingeniero” y sin su consentimiento se metieron a sus terrenos, realizaron el trazo para el camino, colocaron estacas, derribaron árboles y pintaron piedras.
Finalmente, el 30 de abril pasado, una retroexcavadora se metió a sus tierras y destruyó sus cultivos. “Es la misma máquina que detuvieron los indígenas de Ignacio Zaragoza. Es la misma empresa y los mismos trabajadores, por eso es claro que lo que quieren es llegar al río Ajajalpan”, en cuyas aguas la empresa minera propiedad de Germán Larrea pretende construir una hidroeléctrica.
De acuerdo con testimonios de los vecinos de Bibiano Hernández, Dimas López, Santa Catarina y Vicente Guerrero, la empresa hidrominera habría traslado la obra a esta población luego de enfrentarse a la negativa de los pequeños propietarios de Ignacio Zaragoza que se opusieron a vender su tierra para la construcción de un embalse a 300 metros de ese lugar, luego de más de 120 días de mantenerse en un plantón.
Engaños y falsificaciones
Reunidos en una vivienda de dos habitaciones, los denunciantes aseguraron que mediante engaños, constituyendo un comité de obra, las autoridades municipales quisieron que firmaran algunos documentos. Les dijeron que su firma serviría para gestionar una tienda Diconsa para la comunidad. A algunos de los que se negaron les “falsificaron la huella digital y la firma. A otros les dijeron que el tramo que les iban a afectar era pequeño pero resultó ser mayor”.
A otros, Ramón Arroyo, regidor de Desarrollo Social de Olintla, los ha tratado de convencer que el camino servirá a los habitantes de El Machat para que saquen a sus enfermos y a los niños que van a la escuela, pero la verdad de la intención de los trabajos se las comentó el regidor de Obras Públicas, Pascual Francisco Francisco: la brecha servirá para la construcción de una hidroeléctrica.
Amenazas
“El día que entró la máquina –cuenta Valeria, una joven mujer de la comunidad-, yo me enfrenté sola con mi esposo, pero no pudimos hacer nada. Les dije que no tenían permiso de entrar al terreno. Les pedí el papel donde estuviera la firma de mi esposo porque él es el dueño, pero no me hicieron caso. Dañaron la pimienta, el café, cortaron los elotes de la mazorca y los arrinconaron, sin permiso de nadie”.
“Yo me paré frente a la máquina, se enfrentó conmigo el maquinista. Le dije que no quería que pasara la máquina. Los que venían con él me criticaron diciendo que yo no quería que pasara la carretera, pero yo solo estoy defendiendo lo que es mío. Abajo casi le pegan a un señor que se llama Miguel, con la máquina, y los que venían con el maquinista les dijeron que le pegara, que lo matara de una vez”.
Entre los afectados está el señor Manuel Vega Francisco, él tiene su vivienda en un terreno pedregoso en el que los deslaves son comunes, al iniciarse los trabajos de excavación el riesgo a su integridad y la de su familia a causa de los derrumbes aumentó. Además de sus cultivos de pimienta y café resultarán dañados.
Lo mismo sucede con el señor Salvador Francisco Vega cuyo predio será totalmente destrozado por el camino, debido a que el trazo marca que la brecha lo cruzará por tres lugares distintos.
Lo grave, afirmaron, es que a la autoridad ya le han manifestado que no otorgan ningún tipo de permiso para que el camino pase por sus propiedades y no les hacen caso. “Nos sentimos pisoteados en nuestros derechos como personas y como propietarios. Ni nos han informado de qué se trata la obra”.
“Queremos que nos paguen los daños que ya causaron y no queremos que hagan la hidroeléctrica, porque sabemos que además de que dañarán nuestras tierras, también dañarán al río”, manifestaron.
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