lunes, 23 de agosto de 2010

Otra contra los trabajadores

Juan Diego Suárez Dávila


Lo dicho, para los neoliberales, la estrategia radica en ir en contra de los trabajadores, deshacer toda probable oposición y dejar el campo abierto a los capitales especulativos y golondrinos. Al fin de cuentas, en la República resulta un gobierno sin interés por solucionar los problemas nacionales. 

    La economía, evidenciada como el mayor asunto a resolver por el actual gobierno, es un desastre. Con su concepción neoliberal empujan a todas las empresas públicas, a caer en un estado de indefensión y así propiciar su “quiebra”, para luego justificar su malbaratamiento. Ya han dicho infinidad de veces sobre la necesidad de deshacerse de Pemex, y darle cabida a la inversión extranjera en el petróleo nacional, y es la única empresa mexicana con grandes ganancias aprovechadas por el propio gobierno. Es decir, le sacan un provecho enorme, pero la quieren vender para beneficio de unos cuantos. De hecho, ya realizan pingües negocios en su rededor, pero son insaciables y quieren todo el pastel. Les inventan, a las empresas del estado, delitos, males económicos y financieros para así justificar sus decisiones autoritarias y estúpidas.
    Ya nos lo ha advertido Enrique Galván Ochoa, cuando afirma, “Hay cosas raras en la quiebra de Mexicana de Aviación. Apenas en octubre de 2007 el presidente del consejo, Gastón Azcárraga Andrade, ofrecía 200 millones de dólares contantes y sonantes para quedarse también con su competidor Aeroméxico. Quería fusionar ambas aerolíneas. Afortunadamente no se la vendieron, de otro modo el desastre sería total. ¿Cómo es que ahora no tiene dinero para pagar los salarios del personal? Otra cosa muy rara: ¿en qué condiciones Nacional Financiera le prestó mil millones de pesos? ¿Cómo puede explicarlo el director, Héctor Rangel Domene? Con razón ahora dicen que no procede un rescate: ya fue rescatada en lo oscurito. ¿Cómo se empleó el dinero? Tanto Gastón Azcárraga como Rangel Domene tienen una larga militancia en los organismos cúpula empresariales. Se autodenominan representantes de la iniciativa privada, pero en realidad no los conoce la mayoría de los empresarios medianos y pequeños del país. El gobierno les da manos llenas, a cambio de su silencio ante problemas tan graves como la situación de violencia que vivimos. Y otras complicidades.”
    Más adelante nos informa, en un apartado titulado Lo que se llama crecer. Dice “Los economistas oficiales y privados no cesan de hacer cálculos esperanzadores respecto a la recuperación de la economía. Les parece maravilloso que el PIB vaya a crecer un 4%, no obstante que ni siquiera significa la recuperación total de la caída del 7 % del año pasado. ¿Por qué no se dan una vuelta por Singapur? Este país del sureste asiático creció a un ritmo de 17.9% en los primeros seis meses de este año. Ha tenido que abrir sus fronteras a trabajadores emigrantes para atender la oferta de empleos. Los turistas llegan sin cesar, es un país seguro. Singapur tiene uno de los gobiernos menos corruptos del mundo. ¿Influirá eso?
    La atención a los problemas nacionales empieza por resolver los problemas económicos y sociales. Es cierto, la gente tiene menos confianza en el gobierno porque de éste no recibe respuestas satisfactorias. Desde la cúspide en donde se encuentran se ven satisfechos a sí mismos, sin tener contacto con los gobernados. En el poder se olvidan de la existencia de la gente real, común y corriente, al fin y al cabo ellos ya alcanzaron su objetivo: encumbrarse en el poder y disfrutarlo al máximo.
    Se manejan en un mundo donde sus energías están avocadas a servir al capital, y ni siquiera eso hacen bien. En los últimos años las empresas extranjeras han prosperado a costillas del sacrificio de los capitales nacionales. Abrieron las fronteras a la inversión foránea, pero descuidaron miles de pequeñas empresas empleadoras de millones de compatriotas. Eso no les importó, para ellos el gusto era cacarear las millonadas extrajeras invertidas en nuestro país. Les importa más la estadística por sobre el sacrificio de los compatriotas. El desempleo es el peor de los males acarreados por el neoliberalismo. Es una lacra nefasta, empuja a los seres humanos a las conductas más atroces. Eso ya lo estamos viviendo. Destruir las fuentes de empleo acusando a los trabajadores de las inconsistencias de los administradores puestos por el gobierno, es uno de los escudos más socorridos para justificar los despidos. En todos los casos, los trabajadores seguirán teniendo la culpa, mientras les sigamos creyendo sus argumentos.
    Como consecuencia de la aplicación de sus políticas antipopulares ya nos dimos cuenta quiénes eran el verdadero “peligro para México”.
http://www.ecosdelacosta.com.mx/index.php?seccion=15&id=86979&encabezado=Otra%20contra%20los%20trabajadores