“Defender los derechos humanos puede causar la vida en México”, así opinaron los familiares del activista y defensor de derechos humanos de origen finlandés quien murió en una emboscada en las inmediaciones de San Juan Copala, Jyri Antero Jakkola, el pasado 27 de abril de 2007.
Jyri murió en una emboscada en las inmediaciones de San Juan Copala junto con la también luchadora social Bety Cariño, del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS). Ellos se encontraban en compañía de otras personas quienes formaban parte de una caravana humanitaria atacada por un grupo paramilitar de la zona.
En conferencia de prensa Eeva-Leena Jaakkola y Raimo Jaakola, padres del fallecido, externaron que “queríamos conocer a las organizaciones y a los abogados que llevan este caso ante las autoridades para coordinarlos y exigir justicia de manera conjunta.
"Sabemos que en México la mayoría de los casos quedan en la impunidad, pero tenemos confianza de que este caso será resuelto y que los responsables serán castigados", los padres de Jyri.
El esposo de Bety Cariño, Omar Esparza Zárate, dijo que “es muy importante como familias el estar coordinadas para trabajar por la justicia” y anunció que se construye una acción amplia con diversas organizaciones civiles y sociales nacionales e internacionales en pro de justicia para estos dos luchadores de los derechos humanos que perdieron la vida.
“Los principales ejes sobre los que estamos trabajando son los de justicia, verdad y reparación, en cada uno de ellos se realizarán acciones concretas los días 27 de cada mes, hasta ver a los asesinos en la cárcel”, puntualizó.
Raimo Jaakola externó su preocupación por la falta de protección a las personas que, como su hijo “sólo buscan ayudar a las personas necesitadas defendiendo sus derechos humanos y trabajando por un mundo mejor”.
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