Luego de dos años de la extinción de LFC, dichas microempresas quedaron en el olvido, sólo les dieron “unas cuantas obras al principio y después nada”, según relatan José Luis Olivares y Gabriel Aguilar Calvo, ex trabajadores que aceptaron la liquidación y conformaron estas pequeñas compañías, a las cuales no les dieron trabajo, como si se lo dieron y siguen dando a los contratistas privados que no tenían ninguna experiencia en el sector.
En conferencia de prensa indicaron que fracasó el programa del gobierno federal en, que fue sólo un engaño, ya que la CFE nunca más hubo contratos y e incluso ocurrieron irregularidades desde el otorgamiento inicial de recursos que se dieron a los representantes de los trabajadores.
De esta forma, de los más 29 mil trabajadores que aceptaron liquidarse, sólo entre cerca de 2 mil 600 ha logrado reinsertarse a un empleo; incluso de los mil 200 trabajadores que según aseguró hace un año la Secretaría del Trabajo que tenían franquicias, sólo 90 las conservan, es decir, la gran mayoría de los liquidados no tienen un trabajo, según planteó Olivares.
En tanto, Aguilar expuso que en cambio, la CFE otorgó 3 mil 841 contratos a empresas particulares para atender la zona que era de LFC, desde su extinción y hasta finales de 2010, por los cuales erogó 2 mil 940 millones de pesos; por obras públicas hizo otros 728 contratos a privados por 2 mil 36 millones, y a eso se le suman otros mil 926 millones de pesos por viáticos que pagó la paraestatal del personal que desplazó de otras entidades al Distrito Federal para la prestación del servicio. Encima están los más de 12 mil millones de pesos que se pagaron por liquidaciones.
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