*Al chaval se le conocía como Giuseppe y fue raptado el 24 de agosto en la calle
*El pago sirvió para detener a uno de la banda, pero aún queda el resto libre
Se le conocía como Giuseppe y a sus tan sólo 10 años de edad ha sufrido en carne propia la crueldad de quienes se dedican a secuestrar y matar inocentes en México. A él también lo han asesinado. Ni siquiera ha podido evitar que le dispararan el dinero que su padre entregó como rescate gracias al finiquito que recibió tras ser despedido.
Es el drama de los secuestros en el país, que el propio presidente, Felipe Calderón, reconoce que han aumentado en el último año. Y es la denuncia hecha pública hoy por la ONG México Sos, que preside Alejandro Martí, un conocidísimo empresario mexicano cuyo hijo también fue secuestrado y asesinado.
Aquel caso, el de Alejandro Martí jr. conmocionó a todo el país. Éste acaba de conocerse, pero estremece igual. A Giuseppe se lo llevaron el 24 de agosto cuando andaba con su bicicleta en el barrio Las Alamedas, en Atizapán, un municipio del Estado de México, y lo devolvieron convertido en cadáver el miércoles pasado. Lo encontraron en el barrio Nicolás Romero.
Según la ONG, el padre de Giuseppe logró reunir la cantidad que le reclamaban los secuestradores, y que no se ha hecho pública, con lo que había recibido de liquidación como ex trabajador de la estatal Luz y Fuerza del Centro, la empresa que el Gobierno mexicano cerró en octubre del año pasado.
Al parecer, la entrega del rescate perimitó al menos la detención de un joven, Omar Alin Rayas Becerra, de 20 años, cuando se llevaba a cabo el pago. México SOS ha reclamado este viernes "el esclarecimiento total de este crimen, así como la detención de todos los integrantes de la banda".
El caso de Giuseppe ha servido, además, para condenar "la insensibilidad de los diputados federales" mexicanos, quienes hasta la fecha no han elaborado el dictamen para votar la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, presentada en marzo pasado y que, además de endurecer los castigos por este delito ofrece apoyo a las víctimas.
"Queda claro que los tiempos del país y de los mexicanos, victimizados por delitos graves como el secuestro, no son los tiempos de los diputados", protesta la organización en un comunicado. Los legisladores mexicanos "han dado suficientes muestras de privilegiar sus estrategias de poder, antes que resolver los grandes problemas que nos aquejan como ciudadanos".
