sábado, 11 de septiembre de 2010

Mexicana de aviación, un atraco más

María Doris Hernández Ochoa

2010-09-11•Política
La torcida mentalidad de algunos mexicanos les envía malignas señales de cómo hacerse de bienes de manera ilícita, mediante hábiles maniobras, alterando documentos o evadiendo obligaciones. Son los llamados delincuentes de cuello almidonado o de fino traje y corbata, que llevan magníficas relaciones con quienes detentan el poder de decisión para hacerlos cómplices, generalmente, sin dejar huellas... ni persona alguna que trate de encontrarlas por un convenio no escrito de dejar hacer y dejar pasar.

Así, sólo cuando se da la voluntad política, el imperativo de la norma, o por evidencias ya inocultables, es cuando la sociedad se entera de esos malos mexicanos maniobreros que, de alguna manera, esa sociedad los identifica como tales, más allá de los dictámenes oficiales. El mundo empresarial y el campo gubernamental está más o menos aderezado con tales especímenes que, ellos sí “se la juegan” a cambio de una equivoca forma de alcanzar el “éxito”.
Es el caso de una empresa orgullo del inicio a la modernidad de Tampico : Mexicana de Aviación, creada en 1921 como una aerolínea de transporte de correos y pasajeros, cuyos fundadores fueron Lody A. Winship, Elmer Hammond y Harry Lawson, siendo su primer avión un Lincoln Estándar, cuya primera ruta fue Ciudad de México-Tampico vía Tuxpan.
Tiempo después el mismo Charles Lindbergh estuvo muy presente en la compañía efectuando él mismo vuelos de ésta y participando en la estructuración de la misma.
George L. Rhill, William Mallory, R. G. Pipe y Carl V. Schalet constituyen la Compañía Mexicana de Aviación, S.A. Bajo la nueva administración, las operaciones de la compañía se diversificaron, además del servicio de “taxi”, se prestaban servicios a todo aquel que pudiera pagar un boleto de avión. En 1926 se introdujeron servicios totalmente innovadores: el Correo y la fotografía aéreos.
Formó parte del consorcio de Pan American Airways hacia 1940, y en los años 60’s, Crescencio Ballesteros Ibarra junto con don Manuel Sosa de la Vega e inversionistas nacionales lograron por primera vez en la historia de Mexicana, que todo su capital fuera nacional; en los años 70 fue conocida como la aerolínea milagrosa por sus extraordinarios resultados, incremento de ingresos y pasajeros en una época difícil y de crisis mundial, debido al incremento de los precios del petróleo. Ya en los 80 fue nacionalizada por el gobierno federal, la cual la puso al lado de Aeroméxico, y en los años 90 bajo el mando de CINTRA. Lluego pasó al Grupo Posadas desde diciembre de 2005 y con ello se perfiló hacia su fracaso.
La quiebra de Mexicana además de estupendo negocio para quienes la provocaron y quienes la toleraron desde el gobierno federal , es una muestra de cómo en este país seguimos viviendo una especie de sistema de castas, en donde los poderosos forman la de arriba y los trabajadores los de abajo, teniendo como árbitro algo complaciente al gobierno, por el cual gozaron los detentadores de la empresa, del programa de estímulos fiscales del Conacyt y exenciones fiscales por 57 millones de pesos en 2007.
Así, con el disimulo frente a las deudas, la facilidad para los pagos de aeropuertos, la tolerancia ante la facturación de combustible, los disimulos fiscales y los créditos impagables, el grupo de Gastón Azcárraga exprimió a Mexicana hasta la saciedad. Luego le echan la culpa a los altos sueldos del personal de vuelo, quienes ya habían aceptado una reducción, con tal de salvar a la compañía; pero ésta era ya insalvable. Se cancelaron todos los vuelos, cerraron los mostradores, surgieron cientos de viajeros reclamando reembolsos y los miles de trabadores en la calle.
Para habilidad tortuosa, la del mexicano; es un genio para la maldad en cualquier campo de la actividad privada u oficial... y todavía se van orondos a disfrutar a sus chalets europeos, ranchos ganaderos, desarrollos urbanos houstonianos o bien, si se quedan, a disputar un cargo político que bien saben los millones que cuesta la campaña.
Pobre México: tan lejos de Dios y tan cerca del arca abierta.