martes, 17 de agosto de 2010

Archivos sobre la fundación de Nuevo Necaxa, destruidos por negligencia de la SC

PAULA CARRIZOSA 
Fuentes confiables a este medio detallaron que documentos y archivos importantes que forman parte de la Unidad Regional de Culturas Populares e Indígenas de Puebla, que refieren a la fundación de la presa de Nuevo Necaxa y que datan de finales del siglo XIX y principios del XX, sufrieron graves daños después de que durante algún tiempo permanecieran en una bodega ubicada en el parque cívico Rafaela Padilla, donde el mal estado del techo provocó que el material se mojara.

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sabel León precisó que para conocer la riqueza de los documentos propondrá que con ayuda del Instituto Na-cional de Antropología e Historia se realice un catálogo de las piezas   / Foto Rafael García Otero
La representante de la institución, que depende tanto de la Secretaría de Cultura (SC) y del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Isabel León de la Cruz, negó que dicho acervo se haya perdido y afirmó que aunque el material sí sufrió daños a causa de las inundaciones que había en el lugar, “se rescató un buen número de archivos”.
Este medio le pidió a la funcionaria que indicara y permitiera la entrada al lugar donde se resguardó el acervo, a lo que respondió con una negativa, ya que indicó que después del cierre y las remodelaciones que se están realizando en el parque tiene el conocimiento de que la bodega ha sido reestablecida en su totalidad; “la bodega que hubo ya no existe, ahora todo está bonito, ha cambiado”, afirmó.
Recordó que aunque les asignaron el espacio, el material quedó a la intemperie; es decir, “que cualquier documento que no tenga las condiciones necesarias para su protección está a la intemperie aunque tenga un techo y paredes”, expresó León de la Cruz.
Señaló que la institución a la cual representa obedeció las órdenes que recibió del gobierno estatal y del Conaculta dado su carácter interinstitucional. “No podíamos exigir; ellos no sabían que el material y el inmobiliario no debía ser trasladado a una bodega para herramientas”, indicó.
Refirió que dicho espacio fue otorgado por el aún responsable del parque, Marco Antonio Carrillo, quien era el que tuvo que suponer que las instalaciones no eran las adecuadas para resguardan documentos de orden estatal y federal.
“Si en esos tiempos no se tuvo la visión de conservar y preservar los archivos, no es posible responsabilizar a los que seguimos trabajando”, se defendió.
Por su parte, el encargado de seguridad del parque cívico Rafaela Padilla, quien no quiso dar su nombre e impidió el paso a este medio, aseguró que “adentro todo está en buenas condiciones, y que no hay ningún material ni ninguna construcción que esté en peligro”.
Materiales valiosos que hacen referencia a la construcción de la presa de Necaxa, en la región de Huauchinango, fueron los que al parecer sufrieron graves daños en su estructura.
“Planos de Necaxa y otros archivos, como ensayos de concursos de memoria histórica que se realizaron en la región, están desaparecidos”, refirió tímidamente, y complementó: “si algo de esto se hubiera perdido no habría por qué preocuparnos, puesto que en Necaxa tienen otros archivos como los que resguardaba la Unidad Regional”, sostuvo.
Para aminorar la problemática refirió que parte del material que logró rescatarse de la bodega se resguarda ahí, en una de las esquinas de la oficina ubicada en el primer piso de San Pedro Museo de Arte.
Documentos, litografías, mapas, álbumes con fotografías de la construcción de la presa hidroeléctrica de Necaxa, mobiliario y productos artesanales como tapetes, cestos y objetos decorativos, que fueron rescatados hace más de un año de dicha bodega.
Fue hasta hace aproximadamente un año y medio que los representantes de la Unidad Regional de Culturas Populares e Indígenas recibieron las órdenes para sacar el material –el que logró salvarse– y llevarlo a las oficinas actuales.
Dentro de las cajas están documentos importantes de la que fuera la primera unidad regional, que en 1984 se instaló en la región de Huauchinango debido a su importancia geográfica, cultural y lingüística.
Existen mapas que registran la orografía del lugar, fotografías sobre el proyecto de instalación de la hidroeléctrica y de las oficinas del Sindicato Mexicano de Electricistas, del crecimiento de la ciudad y algunos aspectos de la vida cotidiana, así como ensayos y documentos que resultaron de los concursos que estaban destinados a proteger la tradición oral, corren el riesgo de perderse, ya que carecen de un lugar y de las condiciones apropiadas para conservarse.
También existen negativos y fotografías de pequeño formato que retratan algunos aspectos del Barrio de la Luz, aquí en Puebla, los registros del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (Pacmyc) o un mapa que muestra la geografía y los principales mantos acuíferos de la región de Huauchinango, y que fueron pintados a mano, están a la espera de ser parte de un proceso de restauración, limpieza y de digitalización urgente.
Cabe señalar que a algunos se les quitó su soporte original –como a las fotografías de gran tamaño–, mientras que otros conservan los rastros de humedad, marcas de agua y de moho sobre su superficie, y algunos, los menos, están en su estado original.
Otro acervo importante fue trasladado al Museo de Santa Rosa –ubicado en la 3 Norte número 1203–, en donde también estuvo expuesto a filtraciones de agua que ocasionaron pérdidas importantes de algunos documentos, los cuales no fueron detallados por la funcionaria.
Para Isabel León “no hay culpables sobre el deterioro y el mal estado del acervo”, puesto que los encargados de ese entonces no supieron prever y calcular los daños a los que estarían expuestos los miles de documentos que forman parte de la historia institucional y cultural de la dependencia.
Sin precisar el número exacto de materiales escritos, fotográficos, hemerográficos y piezas artesanales que se archivan en las oficinas, ya que no se cuenta con un inventario actualizado, la funcionaria precisó que para conocer la riqueza de los documentos propondrá que con ayuda del Instituto Nacional de Antropología e Historia se realice un catálogo de las piezas.
“La unidad regional, al igual que el gobierno actual, está a finales del sexenio; por lo que sé que pedir recursos para ese u otro proyecto es casi imposible”, expresó la funcionaria, quien complementó que además del inventario tendría que realizarse un registro de los proyectos del Pacmyc y un catálogo visual de las artesanías que se resguardan y que permanecen arriba de los anaqueles llenándose de polvo y otras bacterias que tarde o temprano dañarán esos materiales naturales.
“No todo está perdido. Hay un acervo cultural interesante, pero se necesita de la tecnología para poder facilitar su uso y su consulta”, concluyó.