martes, 12 de octubre de 2010

Cayó 70% la actividad económica en Nuevo Necaxa a un año de la extinción de LFC

Unos 420 integrantes de la división Nuevo Necaxa del Sindicato Mexicano de Electricistas mantienen la resistencia al decreto presidencial / Foto Arturo Alfaro Galán
ARTURO ALFARO GALÁN 
A un año de haberse decretado la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro (LFC), 70 por ciento de la economía en el municipio de Juan Galindo –ubicado en la Sierra Norte de Puebla– se ha paralizado; además, decenas de jóvenes han abandonado sus estudios por la falta de solvencia económica y persiste un descontento ciudadano hacia las autoridades estatales y locales.

Luego del ingreso de la Policía Federal en las 17 subestaciones de LFC –el 10 de octubre de 2009– al menos 420 integrantes de la división Nuevo Necaxa del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) mantienen la resistencia al decreto presidencial; es decir, 79 por ciento de los 2 mil ex trabajadores activos del organismo aceptaron su liquidación y un bono extra por parte del gobierno federal, informó Domingo Aguilar Vázquez, subsecretario de la división Nuevo Necaxa del SME.
Los electricistas que han rechazado las ofertas de la Federación, abundó, han subsistido con aportaciones quincenales de los trabajadores jubilados, quienes entregan cada 14 días 3 por ciento de sus ingresos. Los recursos obtenidos –que llegan a sumar los 170 mil pesos– son utilizados en la mayoría de los casos en un Fondo de Subsidio, en el comedor comunitario del sindicato y en gastos de operación y transportación de los obreros en resistencia.

Síntomas de un pueblo fantasma
En una entrevista, el presidente municipal de Juan Galindo, Luis Gerardo Martínez Gómez, advirtió que si los ex trabajadores de la compañía LFC continúan sin laborar en la empresa, 70 por ciento de la economía de la localidad de Nuevo Necaxa –donde está ubicada la industria generadora de electricidad– tiene un “panorama negro” para el próximo año.
Lo peor que le puede pasar, indicó, es que esto se convierta en un pueblo fantasma, donde todos los habitantes tengan que salir de aquí para buscar algún empleo en las comunidades más cercanas.
De acuerdo con el edil, las actividades económicas se paralizaron, principalmente en el sector inmobiliario, fabricación de muebles, alimentos y bebidas. Esta situación, abundó, ha provocado que 80 por ciento de los 10 mil habitantes esté preocupado por el sustento diario.
Ante ello, solicitó al gobierno estatal y federal iniciar programas de atención social para los electricistas y sus familias. “Si no se preocupan por estas personas, en muy poco tiempo van a empezar a buscar otra manera de vida, y eso implica que en lugar de generar condiciones de empleo la gente estará dedicándose a robar o a cometer otro tipo de delitos para buscar el alimento. La verdad, la situación está fea, pero tenemos la confianza de que pueda mejorar”, aseveró, al destacar que por el momento no se han registrado incrementos en los índices delictivos de la localidad.
Según Martínez Gómez, el delito con mayor prevalencia es el robo a casa habitación, el cual se registra “muy poco”. Sobre el robo de autopartes y a transeúntes, indicó que no se han registrado casos relevantes, pues los presuntos responsables generalmente no son originarios de la región de Nuevo Necaxa.
“Mi administración fue muy complicada; la gente quisiera más y se entiende, pero en verdad que es complicada”, afirmó el edil de Juan Galindo, quien destacó que las familias han dejado de realizar los pagos correspondientes al predial, agua y recolección de basura, lo cual ha generado “una deuda importante en las arcas municipales”.
Cada año, detalló el alcalde, el municipio recibe un presupuesto de 7 millones de pesos, cuyos recursos se han destinado principalmente a la repartición de recursos y ayuda a los electricistas con problemas económicos, con la intención de pagar inscripciones, uniformes escolares, calzado y la creación de despensas, las cuales son repartidas a través del Sistema DIF municipal.
La crisis social en la junta auxiliar de Nuevo Necaxa, perteneciente al municipio de Juan Galindo, se ha agudizado en los últimos meses, pues existe un constante rechazo de los pobladores hacia las autoridades locales, estatales y federales.
De acuerdo con el subsecretario general del SME, Domingo Aguilar Vázquez, desde hace un año las autoridades en el estado “no ofrecieron el apoyo que debió haber sido ni se inició un plan de rescate a la economía local, ganadería, de microempresas ni apoyo al empleo”, pues la mayoría de las acciones estuvo concentrada en ganar votos para las elecciones del 4 de julio pasado y no en mejorar las condiciones de vida de los pobladores.
El líder del gremio indicó que como consecuencia de la falta de economía en la región, decenas de jóvenes han tenido que abandonar sus estudios de preparatoria y licenciatura con la intención de buscar un trabajo que coadyuve a mejorar las condiciones de vida de las familias electricistas.
“A mis dos hijos los tuve que sacar de la escuela, por ejemplo. Mi hija, la única que estudia, está becada, y sólo por eso decidimos que ella tendría que seguir estudiando, pero mis otros dos hijos ya están trabajando; el menor está limpiando de basura el cementerio, y gracias a eso tenemos otro ingreso para nuestro hogar”, ejemplificó Aguilar Vázquez.
Incluso el dirigente del SME previó que en los próximos meses los ex trabajadores de LFC tendrán “un severo problema”, ya que como parte de las acciones para la desaparición de la paraestatal, el gobierno federal dejará de ofrecer el servicio médico a los trabajadores en resistencia, lo cual afectará a los pobladores.
Puntualizó que en los últimos meses los cuadros médicos de depresión, diabetes, problemas cardiovasculares y nerviosos han aumentado su prevalencia entre los trabajadores activos y jubilados de LFC.
“Existen algunos casos en que los compañeros recaen tanto en salud que no se pueden ni levantar, están muy deprimidos, y al menos cuatro trabajadores jubilados han fallecido en los últimos meses, y otros más se mantienen en sus casas sin la posibilidad de hacer algo por el movimiento”, acotó en entrevista.
El principal problema en la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro, consideró Domingo Aguilar, es la falta de disposición al diálogo del gobierno federal con los electricistas, así como la nula participación de las autoridades estatales y locales para mejorar las condiciones de vida de los más de 2 mil ex trabajadores que quedaron desempleados hace un año.
Domingo Aguilar Vázquez ha sido detenido por elementos de la Policía Federal en dos ocasiones, acusado de cometer delitos en contra del patrimonio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y obstruir las vías de comunicación durante las recientes protestas en la región. En ambas ocasiones se han fijado fianzas de hasta por 20 mil pesos.
Ante ello, el líder del SME en Nuevo Necaxa no descartó que el gobierno federal quiera atentar contra su seguridad personal y aprehenderlo, de nueva cuenta, por delitos del orden federal. “Hay rumores de que debo cuidarme porque me van a agarrar de nuevo los federales, pero el gobierno sólo está buscando pretexto para desactivar este movimiento y la resistencia electricista. Nosotros no vamos a dejar de hacer marchas para denunciar las tropelías que se han realizado. Vamos a seguir hasta donde la gente y la base decida”, atajó.

Resistencia y ofensiva
Al cierre de esta edición, miembros de la división Nuevo Necaxa del Sindicato Mexicano de Electricistas alertaron que al menos 200 elementos de la Policía Federal triplicaron su presencia en la región. Los uniformados, señalaron los electricistas, mantienen el resguardo policiaco de las subestaciones eléctricas de la extinta empresa Luz y Fuerza del Centro.
Además, advirtieron que los policías federales colocaron mallas ciclónicas y de púas en los accesos de las 17 subestaciones de la paraestatal con la intención de impedir una posible incursión de los miembros del SME para recuperar el control de los centros de trabajo.
La noche de ayer, al menos 500 personas –entre amas de casa, hijos, y electricistas activos y jubilados– realizaron una asamblea general en el auditorio del edificio sindical con la intención de “recordar la noche en que hemos dejado de dormir”.